jueves, 28 de febrero de 2013

Y cuando no se es adherente...


Como ya hemos indicado, en la actualidad disponemos de fármacos que prácticamente consiguen inhibir el desarrollo del virus. Sin embargo, para que este efecto se pueda lograr, es necesario que los niveles en sangre de los fármacos sean suficientemente altos y esto es imposible de lograr si la medicación no se toma correctamente. Por tanto la falta de adherencia, impide tener niveles de fármaco en sangre que bloqueen la replicación del VIH.


Se podría pensar que esto no tiene la mayor importancia, volvemos a tomar la medicación y controlamos de nuevo la infección. Pero… las características del VIH hacen que cuando existen niveles bajos de los fármacos el virus no sólo se replica, sino que pueden aparecer resistencias a los fármacos que hasta ese momento eran efectivos. 
Llevemos lo explicado a un ejemplo práctico: un paciente adherente mantiene sus cargas virales indetectables durante años (1). Por diversas circunstancias personales deja de serlo y en una analítica de control de detecta carga viral (2). En principio no tiene mucha importancia (en futuras semanas explicaremos el significado de los split). Continua sin ser adherente y en el siguiente control, se vuelve a observar un aumento de la carga viral (3). “Suena la alarma”: solo caben dos posibilidades, el paciente no es adherente o han aparecido resistencias. Se confirma que ha habido un incumplimiento en la toma de la medicación y se insiste en la importancia de ser adherente. El paciente vuelve a ser adherente. Pero durante ese periodo ha permito al virus desarrollar resistencias a los fármacos  (2-3). Esto supone, que a pesar de volver a ser cumplidor ya no puede controlar la infección (4). Es necesario realizar test de resistencias y cambiar la medicación a otra, que generalmente es más incómoda de tomar y con más efectos adversos. Pero tal vez lo más importante es que durante todo este tiempo ha estado con las cargas virales elevadas pudiendo contagiar a sus compañeros y comprometiendo sus defensas con riesgo de padecer alguna infección oportunista.
Desde PROAVIH queremos que quede claro que no ser adherente puede tener consecuencias muy importantes sobre su estado de salud y la de sus compañeros.

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